Pintar miniaturas es más que un pasatiempo: es un viaje creativo donde cada pincelada ayuda a dejar atrás el miedo y descubrir nuevas formas de expresión. En este artículo comparto mi experiencia personal, cómo enfrenté la inseguridad del primer trazo y por qué pintar miniaturas puede convertirse en un hobby terapéutico, divertido y lleno de comunidad.
Pintar miniaturas es más que un pasatiempo: es un viaje creativo donde cada pincelada ayuda a dejar atrás el miedo y descubrir nuevas formas de expresión. En este artículo comparto mi experiencia personal, cómo enfrenté la inseguridad del primer trazo y por qué pintar miniaturas puede convertirse en un hobby terapéutico, divertido y lleno de comunidad.